Vota condado de Dakota del Norte por aceptar a más refugiados

El lunes por la noche, cuando las temperaturas cayeron en un solo dígito, más de 500 personas ingresaron a la cafetería de una preparatoria en Bismarck, Dakota del Norte. Vestidos con camisas de franela, chaquetas forradas de vellón y botas impermeables, formaron una línea serpenteante que era tan larga como la habitación, las mujeres con coloridos pañuelos se mezclaban junto a los hombres con gorras con en lema “Make America Great Again” (Hagamos que Estados Unidos sea Grande Otra Vez).

Era la segunda vez que la Comisión del Condado de Burleigh intentaba votar si la comunidad continuaría aceptando a más refugiados. En septiembre, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que requiere que los gobiernos estatales y locales den su consentimiento por escrito antes de que los refugiados puedan reasentarse, y el condado de Burleigh se convirtió en la primera comunidad en aprovechar estas nuevas normas. La decisión estaba programada para una semana antes, pero acudieron demasiadas personas y abrumaron a las cámaras de la comisión. Incluso en el nueva sede donde tuvo lugar la reunión muchas personas se quedaron de pie, y aún muchas más permanecían afuera de puertas de madera, informó The Washington Post.

Durante cuatro horas, los habitantes de Dakota del Norte de sexta generación y los recién llegados de Camerún y Congo se turnaron para ofrecer un apasionado testimonio con el fin de resolver el tan polémico debate. Finalmente, la comisión votó 3 a 2 para seguir recibiendo a más refugiados.

La decisión tuvo una gran resonancia simbólica. La administración Trump ha reducido drásticamente el número de refugiados que deja entrar al país, y el condado de Burleigh, que tiene aproximadamente 95 mil habitantes, acogió a solo 24 refugiados durante el año fiscal del 2019, según la oficina del gobernador de Dakota del Norte. La comunidad de Bismarck, la capital del estado, está programada para recibir un número similar de refugiados para el año fiscal del 2020, y la medida que se aprobó el lunes limita el número de recién llegados a 25.

Aun así, los habitantes que abarrotaron la cafetería vieron el voto como un referéndum de los valores de su comunidad. Los oradores mencionaron la historia y tradición del estado de acoger a inmigrantes de Escandinavia, y la fe cristiana compartida por muchos en la sala. Algunos expresaron su preocupación de que su comunidad fuera percibida como odiosa e intolerante si adoptaban una postura de línea dura contra los refugiados. Otros hablaron sobre los problemas causados por el reciente auge petrolero —las escuelas sobrepobladas, aumento en las tasas de delincuencia, un aumento en la indigencia— y cuestionaron si el estado se estaba extralimitando al dar la bienvenida a tantos recién llegados.

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