Noticia
Una base de datos para buscar migrantes desaparecidos
Publicado el 22 de mayo de 2013
por Valeria Perasso en Animal Político
Cualquier detalle puede servir para identificarlos mientras están en la cama de autopsias: un tatuaje, una marca de nacimiento, una cicatriz… Alguna pertenencia, incluso: la estampa que llevaba en el bolsillo, la cadena metálica al cuello que sobrevivió a los embates del desierto.
Cada verano, la labor de dar nombre a los migrantes muertos al intentar cruzar el desierto que separa México de Estados Unidos mantiene ocupados a los equipos forenses estadounidenses de la zona fronteriza sur.
Y los resultados no son siempre los deseados: desde 2001, uno de cada tres cuerpos hallados, que se presupone eran migrantes sin papeles en tránsito en Arizona, permanece sin ser identificado. En este estado, la región fronteriza es considerada una “trampa mortal” por cuenta del desierto de Sonora.
Por eso, la Oficina Forense del condado de Pima, junto a la organización Fronteras Humanitarias, lanzó este mes una base de datos que se propone como la mayor fuente de rastreo e información en internet para esclarecer la identidad de los extranjeros indocumentados hallados sin vida.
Se llama Iniciativa para los Muertos Migrantes de Arizona OpenGIS, que utiliza un sistema de localización geográfica y mapeo para facilitar la tarea de identificación de restos por parte de los expertos y, en teoría, por parte de las familias que están buscando a sus desaparecidos.
“Queremos aumentar la conciencia que existe sobre las muertes de los migrantes y disminuir los sufrimientos de los familiares ayudándolos a hacer el cierre mediante la identificación y la restitución de los restos”, señaló John Chamblee, director de investigación del grupo no gubernamental Fronteras Humanitarias, que pasó siete años en el proceso de recolección de datos para poblar la base de datos.
Huesos sin nombre
Entre 2001 y 2012, se registraron 2.037 decesos en la zona limítrofe de Estados Unidos con México, según un reporte del Centro de Ciencia Forense (FSC, en inglés) situado en Pima, Arizona.
De ellos, 734 permanecen sin ser identificados, lo que representa más de 36% del total.
Como cada año, la situación se agrava por esta época: es en el verano boreal, entre junio y agosto, cuando se registran los mayores índices de mortalidad, a causa del calor extremo y la deshidratación que trae asociada para quienes caminan, muchas veces durante varios días, por esta geografía inhóspita.
“Nos llaman cuando tienen un cuerpo, cuando lo encuentra la policía o la patrulla. Pero no siempre es un cadáver, a veces son cuerpos en descomposición y la mayoría son sólo huesos. Si llevan mucho tiempo de muertos en el desierto, ni siquiera huesos enteros”, graficó a BBC Mundo el sargento Thomas García, jefe forense en el sureste de California.
Algunas de las muertes se producen por violencia de armas, otros por distintas enfermedades o trauma, hay quienes mueren ahogados, más de un 50% por hipotermia.
Sin embargo, 68% de los casos se clasifican como “causa de deceso indeterminada” pese a las pesquisas oficiales, según indicó Gregory Hess, jefe médico forense del condado de Pima que está detrás del proyecto de OpenGIS.
¿Cómo es posible? La actividad de animales –zorros, serpientes, coyotes- deterioran los restos. También colaboran a dispersarlos, con lo cual es recurrente el análisis de restos óseos como si se tratara de dos personas fallecidas, cuando en realidad luego se determina que corresponden a un mismo cuerpo y estaban desperdigados por acción de la fauna y la naturaleza.
Muchas veces lo que ayuda son los objetos, como mochilas, prendas de vestir, imágenes religiosas o amuletos: todas las pertenencias recogidas se fotografían y archivan junto a datos médicos, registros dentales y estudios de ADN, con la esperanza de que en el futuro puedan ser reconocidos por algún familiar del desconocido.
¿Para qué sirve?
Así, la nueva base de datos servirá para que los expertos tengan acceso a información sobre dónde, cuándo y en qué circunstancias se hallaron restos humanos en estudio. Ponerla en línea, señalan los responsables del proyecto, hará que pueda ser utilizada y alimentada por distintas agencias de gobierno y organismos privados o grupos de activistas.
Según Hess, si su equipo encuentra una pieza ósea única, puede usar la herramienta de mapeo de OpenGIS para identificar, mediante una estimación del radio probable, otros restos dispersos en las inmediaciones que ya hayan sido hallados y puedan pertenecer al mismo esqueleto.
La base de datos puede rastrearse por causa de muerte, fecha, sexo o zona específica de muerte y tiene además capacidad de almacenar información sobre cuándo una persona desaparecida fue vista por última vez, lo que podría ser útil para intensificar el rastreo en los alrededores.
“Cuanto más control tengamos sobre la información, más fácil es manipularla para lograr resultados en menor tiempo”, sintetizó Hess durante la presentación a la prensa de la base de datos, que se desarrolló con una donación anónima de US$175 mil.
Pero la idea es que, además de facilitar la labor forense, la solución tecnológica sirva para ayudar a las familias en el extranjero que están buscando a migrantes a los que les han perdido el rastro: en muchos casos, pasan años sin saber fehacientemente si han perecido en la travesía transfronteriza.
Podrán intentar localizarlo por la zona donde sabían que cruzaría el desierto, o rastrear por nombre y fecha o, en un futuro, por la información asociada que exista, como las fotografías de esas pocas pertenencias halladas con los restos.
“La intención es ayudar a hacer el duelo y, en ese sentido, puede ser hasta una herramienta humanitaria. Aunque está por verse cuánto funciona para las familias, que muchas veces están lejos y no saben con qué recursos cuentan”, alertó a BBC Mundo Sarah Lanius, vocera de la organización No Más Muertes, que trabaja en Arizona.
Los responsables del proyecto aspiran en tanto a aportar información útil para la designación de políticas públicas o proyectos privados: según los datos recogidos, por ejemplo, se revela que las muertes están ocurriendo más cerca de la valla divisoria y más lejos de las rutas, en comparación con años anteriores.
O se sabe mejor cuáles son los corredores más mortíferos: para las autoridades, la herramienta permitiría intensificar los patrullajes en busca de detener los cruces; para las organizaciones pro migrantes, se vuelve un servicio útil para saber dónde instalar más bebederos y puestos de agua que ayuden a los viajeros a sobrevivir.
Los muertos, en cifras
- Según los reportes oficiales de Pima, Arizona, entre 2001 y 2012 se han registrado 2037 muertes en la frontera.
- En 2012 hubo 157 casos, en baja después del récord histórico de 2010: 225 muertes.
- 85% corresponde a migrantes hombres.
- La causa de muerte es “indeterminada” en 68% de los casos.
- De los identificados durante 2012, la gran mayoría eran mexicanos: 76%. Le siguen los guatemaltecos (17% del total).
- En lo que va de 2013 se han hallado 48 restos, aunque el número crecerá durante el verano, cuando históricamente se da la mayor cantidad de decesos (en 2012, 38% del total correspondió al período junio-agosto).
Clasificación
País
Estados Unidos
Temática general
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Temática específica
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