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Sufren en Tijuana miles de madres migrantes

Publicado el 21 de junio de 2013
por Edgar Juárez Uscanga en El Mexicano, Edición impresa

Mujeres y madres que fueron detenidas por la Patrulla Fronteriza para luego el gobierno federal estadounidense les arrebatarán a sus hijos, siendo un proceso burocrático, engorroso, y casi imposible la recuperación de sus niños.

EL MEXICANO tuvo la oportunidad de conocer las historia de mujeres migrantes que permanecen en la Casa Madre Assunta en la colonia Postal donde narraron la pesadilla de la separación y como pasan riesgos altísimos para tratar de cruzar la frontera para reencontrarse con sus hijos.

De a cuerdo a los encargados de la Casa Madre Assunta, Tijuana se ha convertido en la ciudad fronteriza donde se registran más casos de mujeres migrantes que fueron separadas de sus hijos, pues solo en este albergue se atienden un promedio de 120 madres al mes que llegan en estado de “schock” pidiendo ayuda para poder tener un techo y comida e intentar reunirse con sus hijos al ser deportadas.

“Soy de Guatemala y vivía en Kansas City con mis hijos, tuve buenos trabajos, incluso en un banco, pero me deportaron y me separaron de mi familia, me regresaron a mi país donde ya no pude seguir mi vida, en Guatemala trate de poner un negocio de comida, pero la delincuencia me quiso cobrar derecho de piso, me llegó una carta pidiéndome una cantidad mensual, no hice caso, y a los pocos días al salir de mi negocio me balacearon, no me pegaron ni un tiro, pero si hubieran querido me matan, decidí irme de mi país, tuve que irme en el tren conocido como la bestia, ahí vi de todo, vi como secuestran, matan, violan a mujeres, y todo el trayecto huele a marihuana, por eso luego el Ejército llegaba. En Tamaulipas por poco me secuestran, pero pude salir de tanta cosa en la bestia, intente cruzar la frontera pero no puede, me deportaron por Tijuana, y no sé si pueda volver a ver a mis hijos”, narró con llanto esta madre guatemalteca, quien prefirió no revelar su identidad por miedo a ser deportada a su país.

“Intenté con abogados obtener la custodia de mi hijo el menor, pero el gobierno estadounidense te bloquea, te piden que hagas un procedimiento, y luego que cumples, te dicen que hagas otro, es mucha burocracia, si no pudiera pasar la frontera, pues tal vez buscaría quedarme en Tijuana donde esta más seguro y poder ver a mi hijo menor que es ciudadano norteamericano”, expresó.

El 90% de las mujeres migrantes que son deportadas viven el sufrimiento de la separación familiar, se encuentran solas y por ello organizaciones como la Casa de la Madre Assunta brinda la protección que los gobiernos no dan.

Si las madres tienen niños adolescentes es muy difícil que éstos quieran venirse a México pues tienen un vida hecha en Estados Unidos, no se acostumbran a vivir en un país en el que no crecieron, por ello las madres migrantes buscan regresar, a pesar de que en ello implica el riesgo de perder la vida ante los peligros que se enfrentan.

En caso de que ellas hayan sido detenidas y deportadas y volvieran a reincidir en cruzar la frontera de manera indocumentada, con la actual política de criminilización del fenómeno migratorio impulsada por Barack Obama, pueden ser encarceladas hasta por cuatro años en Estados Unidos.

“Es una tristeza ver todos los peros que ponen para que los niños puedan venir y el gobierno no atiende, los consulados mexicanos no te ayudan, no resuelven”, expresaron las mujeres del albergue.

Daniel Bibriesca abogado de la Casa Madre Assunta, indicó que se está violando el derecho de los menores ciudadanos norteamericanos a estar con sus madres, por lo que están en una lucha constante para poder superar la enorme burocracia para que las madres migrantes puedan recuperar a sus hijos, o reencontrarse.

“A los 17 años salí de México y viviendo en Estados Unidos tuve una pareja, pero la familia de éste me deportó, me amenazó, dejé a mi niño, perdí mi visa y pasaporte, ahora no sé como pudiera regresar, espero poder cumplir con todo para poder recuperar a mi hijo”, narró una migrante joven originaria del Distrito Federal quien contó parte de su historia sin poder contener las lagrimas, mientras estremecía el cabello de su cabeza con las manos, en una muestra de desesperación.

Una madre acapulqueña que esta albergada en la Casa Madre Assunta también vive la pesadilla del sueño americano, tienen varios meses sin ver a sus tres hijos, entre ellos un niño de 8 años de edad con Cáncer, por lo que ruega a Dios todos los días para que se le otorgue una visa humanitaria para poder hacerse cargo de su niño.

Esta madre narró la discriminación que sufrió en una estación migratoria de la Patrulla Fronteriza, donde se le tuvo en cuarto donde se congelaba del frío, en el suelo, y se enfrentó a la indiferencia de una mujer oficial de origen mexicano que la humilló, para luego ser deportada.

“Soy de Acapulco, mi hijo se enfermó de cáncer, pero me deportaron, cuando me tuvieron detenida me jalonearon, me gritaron, estuve en San Diego encarcelada 60 días, para después votarme, recibí un trato humillante por parte de una mujer oficial que incluso era de origen mexicano, da coraje, y desesperación, espero recibir una visa humanitaria, que me dejen ver a mi hijo, mi hermana se esta haciendo cargo de él, pero hay muchos gastos, y aquí no hay trabajo para poder ayudar y mandar algo de dinero”, contó.

Lourdes durante 23 años vivió en Estados Unidos, fue deportada y regresó a Zacatecas de donde es originaria, sin embargo la colonia donde vivía narró esta plagada de bandas del crimen organizado, por lo que salió prácticamente huyendo para poder cruzar la frontera a pesar de no contar los recursos suficientes para intentarlo.

Con una visa prestada que dan los traficantes de indocumentados buscó cruzar la frontera, y al ser detenida por segunda ocasión fue castigada 40 años para siquiera intentar solicitar una visa.

“Tenía visa pero no lo renovaron, me encerraron tres meses, son racistas, el consulado debería ayudarnos, no hay trabajo, tengo dos años que no veo a mis hijos, me castigaron por 40 años, la esperanza que tengo es cruzar aunque sé que una tercer vez que me agarren corro el riesgo de estar en la cárcel cuatro años”, comentó Lourdes.

De acuerdo a estudios de El Colef, sobre los nuevos cambios en el fenómeno migratorio, es necesaria un verdadera política en favor de los migrantes por parte del gobierno federal. Pues existe un alto costo humano por las deportaciones por parte del ICE que está sacando a los migrantes. Esto ha representado un grave problema social en México, pues existen reportes que indican que del 2000 al 2010 se deportaron a 100 mil padres que declararon tener hijos norteamericanos.

Sin embargo sólo en el primer semestre de 2011 fueron 48 mil, por lo que el año pasado se tuvo la misma cifra que en la década anterior, lo que refleja un cambio en la política migratoria de los Estados Unidos contra los migrantes que ahora son detenidos en sus hogares y centros de trabajo, dejando a niños huérfanos y padres sin derechos.

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