Obama no ve ley migratoria para agosto

 El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que era poco probable que la Cámara de Representantes dominada por los republicanos apruebe una reforma migratoria antes de que los legisladores inicien un receso de un mes en agosto.

En entrevistas televisivas grabadas con cuatro noticieros de habla hispana, Obama dijo que piensa que los republicanos necesitan más tiempo para lidiar con las preocupaciones por la seguridad fronteriza y el cambio demográfico en Estados Unidos. “No creo que la analicen (la reforma) antes del receso de agosto”, dijo Obama a la filial de Telemundo en Dallas.

Luego de que el Senado aprobara el 27 de junio un exhaustivo proyecto de ley que incluye la posibilidad de ciudadanía para los millones de inmigrantes indocumentados que viven en Estados Unidos, Obama señaló que la Cámara Baja tenía “tiempo más que suficiente” para revisar la propuesta y aprobarla antes del receso de agosto, cuando los legisladores abandonan Washington y retornan a sus respectivos distritos.

Obama lanzó ayer una ofensiva para tratar de reconducir el debate a favor de una reforma migratoria justa y amplia. El presidente volvió a insistir en la necesidad de hacer realidad una ley que será beneficiosa para el futuro del país y para más de 11 millones de indocumentados que permanecen en las sombras.

La ofensiva mediática de Obama se produce en momentos en que la iniciativa de ley enfrenta serias dificultades en la Cámara Baja, donde la mayoría republicana se resiste a conceder la vía a la ciudadanía a los indocumentados y donde podría naufragar la iniciativa que nació de un complejo proceso de negociación bipartidista en la Cámara de Senadores.

Poco antes de difundirse la serie de entrevistas del presidente, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, reconoció que aunque la iniciativa de reforma aprobada en el Senado “no ha sido una victoria menor”, tampoco es “la victoria definitiva”.

“La elección ahora es de los republicanos”, reconoció Carney, al insistir en que Obama aún se encuentra en el bando de los optimistas que consideran que la iniciativa de reforma migratoria “aún es posible”, a pesar de la resistencia de un puñado de congresistas republicanos en la Cámara Baja.

“Por eso mismo, consideramos que la estrategia es la de mantenerse activos, con mensajes, con llamadas, con encuentros con organizaciones, legisladores y partes interesadas”, añadió el portavoz.

Tras la aprobación de la iniciativa bipartidista en la Cámara de Senadores, la mayoría republicana en la Cámara Baja insiste en que la iniciativa tendría que contar con la mayoría de los votos de los representantes o mantenerse en la congeladora. Los fallidos intentos del líder de la mayoría republicana, John Boehner, por conseguir un cierre de sus filas para respaldar la iniciativa presagia un fracaso que desde la Casa Blanca insisten en ahuyentar sin éxito.

Mientras, desde una poderosa coalición de organizaciones defensoras de la causa inmigrante, la esperanza se mantiene viva y condicionada a una lucha sin cuartel para que el peor de los escenarios termine por confirmarse, al igual que ocurrió en el 2007.

“El Partido Republicano tiene que tener muy presente las consecuencias de bloquear una iniciativa de reforma migratoria”, dijo Frank Sharry, de la organización America´s Voice. “Cualquier resultado, que no contemple una vía a la ciudadanía, se convertirá en un fracaso político, económico y social de proporciones históricas”, añadió.

“De no cambiar esta actitud, la reputación del Partido Republicano, ira de mal a peor entre los hispanos”, concluyó Sharry.

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