Niñas migrantes; del sufrimiento a la desesperación

Cd. Victoria, Tamaulipas.-Tamaulipas es la entidad que a nivel nacional ocupa el segundo lugar en deportaciones, siendo el fenómeno migratorio una amalgama de situaciones de vulnerabilidad y sufrimiento emocional; en donde todos en general y las niñas en particular llevan todas las de perder, sostiene el Doctor Oscar Misael Hernández, investigador del Colegio de la Frontera Norte. 

El académico comparte que recientemente, algunas académicas cuestionaron que dentro de los estudios sobre la migración ilegal de mexicanos a los Estados Unidos, solamente se centraba la mirada en los hombres adultos y, hasta años después, en las mujeres. Más adelante también cuestionaron que a pesar de ser parte de este fenómeno, los menores migrantes pasaban desapercibidos en los estudios. 

El estudio de los menores migrantes está pasando por la misma situación que se dio en el caso de los adultos migrantes: la mirada se pone más en los niños que en las niñas migrantes porque los primeros ocupan las cifras más altas. Al menos eso lo evidencia información oficial sobre menores migrantes mexicanos que son repatriados de Estados Unidos.

“Según datos del Centro de Estudios Migratorios del Instituto Nacional de Migración, en el 2010 fueron repatriados 20,438 menores, de los cuales apenas el 19,0% eran niñas; en el 2011, por otro lado, se repatriaron 15,524 menores, de las que el 17,2% eran mujeres; y finalmente en lo que va del 2012, fueron repatriados 10,697 menores, constituyendo las niñas el 15,7%”, menciona.

Las cifras y porcentajes anteriores permiten sacar dos conclusiones: primero, cada año que pasa, la migración ilegal de menores mexicanos a los Estados Unidos disminuye, lo que es entendible dado que la frontera es mayormente vigilada y los riesgos son mayores para los migrantes; y segundo, las niñas representan un porcentaje mucho menor que el de niños.

Expone que ante este panorama se han dado a la tarea de ilustrar los estragos emocionales que llegan a padecer las niñas migrantes:

“Las emociones experimentadas por las niñas migrantes, es otro indicio que resalta en los relatos. Se trata de un tema que ya ha sido analizado en migrantes adultos para captar sus reacciones de ansiedad y depresivas, en el caso de hombres o bien los efectos en su sexualidad, en el caso de mujeres.

En los relatos migratorios presentados, sobresalen al menos cuatro emociones básicas: la felicidad, el miedo, la sorpresa y la tristeza. Por supuesto, no necesariamente las niñas migrantes tuvieron dichas emociones en ese orden, pues en diferentes momentos del viaje migratorio ellas las experimentaron con relación a otras personas, y a veces de manera traslapada.

La felicidad, por ejemplo, la experimentaron de cierta forma al sentir el apoyo moral de sus padres para iniciar el viaje migratorio, pero al mismo tiempo al construir una imagen de lo que sería su vida en los Estados Unidos de lograr cruzar la frontera sin ser detenidas por las autoridades migratorias. Se trata de una emoción previa que sienta las bases de una vida transnacional ideal.

Menciona que las niñas también experimentaron el miedo, particularmente al encontrarse en pleno viaje migratorio y vivir una serie de riesgos tanto antes como después de cruzar la frontera. A pesar de viajar acompañadas con familiares o parientes, la incertidumbre de lograr o no su meta incrementó su temor, en especial por ser su primera vez como migrantes.

De forma paralela al miedo se gestó la sorpresa, emoción que brotó al ser encontradas y detenidas por los agentes de la Patrulla Fronteriza. Pero por otro lado, la sorpresa no sólo se dio al vivir un evento inesperado como el antes descrito, sino también al momento de reflexionar para sí por qué el plan de cruzar la frontera sin ser detenidas no resultó.

Y finalmente se tiene la tristeza, emoción referente al desaliento o el desánimo de las niñas al no haber logrado su meta de cruzar sin ser detenidas. Sin embargo, esta emoción va más allá: también emerge al sentir aflicción por su familia. Ya sea que esta se encuentre de lado mexicano o americano, entran en un estado de frustración pues consideran que le han fallado”

“Las emociones en las niñas migrantes tienen que ver tanto con sus sentimientos, como con las condiciones de pobreza, inseguridad y apatía que predominan en México”. 

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