México y países de América Latina alcanzan acuerdos sobre salud y migración

Prometen los ministros de Salud de Belice, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, “acceso universal y equitativo a servicios de salud de calidad y a instrumentos de protección financiera para los migrantes y los refugiados” que pasen por la región, “con independencia de su condición jurídica y en consonancia con el contexto, las prioridades y el marco institucional y jurídico de cada país”.

La directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, enfatizó que desde Colombia, pasando por Centroamérica, República Dominicana y México, se identifica la región con “el mayor número de migrantes en el mundo”.

Etienne llamó a brindar “la solidaridad, la equidad y los derechos humanos” a los migrantes quienes pese a su situación “tienen derechos y los países deben asegurar que los migrantes tengan acceso a los servicios de salud”, por eso es importante, concluyó, tratar a estás personas “con dignidad”.

“Tendremos que buscar la manera de ofrecer los servicios de salud y de sensibilizar a todo nuestro personal”, refrendó el secretario de Salud de México, José Narro Robles.

En El Salvador, sobre todo con la deportación o retorno masivo, las principales causas de consulta son por problemas de salud mental, seguidos por padecimientos relacionados a la salud sexual y reproductiva. “Tenemos casos de mujeres e incluso niños y niñas que han sufrido agresiones sexuales; hemos dado atención a enfermedades de transmisión sexual y VIH sida. Dependiendo del país que haya cruzado, el que pasa de tránsito pudo adquirir una chikungunyia o un dengue”, relató Elvia Menjívar, ministra de Salud salvadoreña.

Tras firmar la Declaración sobre Salud y Migración, los funcionarios detallaron que buscan establecer una estrategia “coherente a integral” para atender las necesidades sanitarias de los migrantes en la región.

En está estrategia tendrá un papel prioritario el VIH SIDA en poblaciones móviles de migrantes en Centroamérica. Los servicios sanitarios se reforzarán de manera especial en territorio salvadoreño, hondureño, nicaragüense y guatemalteco.

Para ello respaldarán sus acciones y políticas para el salud en el pacto mundial sobre refugiados y sobre una migración segura, regular y ordenada; ello obligará a promover los cambios legislativos y normativos que aseguren “la inclusión de los migrantes y los refugiados en los procesos nacionales y locales de planificación sanitaria”.

Sin embargo, los responsables de la Salud en la región reconocen que necesitan fortalecer y crear sistemas de salud “resilientes” que les permita garantizar la cobertura de los servicios esenciales sanitarios para migrantes y refugiados.

Asimismo, los funcionarios de la región darán un perfil humanitario al acuerdo para “asegurar la continuidad de las operaciones de asistencia humanitaria y el fortalecimiento de los sistemas de salud”.

El convenio contempla que, en circunstancias de “extrema dificultad”, siga operando la atención sanitaria incluso con el apoyo de aliados, por lo que se reforzarán los mecanismos de colaboración intersectorial, interpaíses e interinstitucionales (sobre todo con la Organización de las Naciones Unidas) para lograr un servicio sanitario eficiente a migrantes y refugiados.

La migración humana es una de las prioridades más difíciles de abordar en el ámbito de la salud pública mundial; las leyes internacionales reconocen “el derecho de las personas a salir de cualquier país y por varios decenios, la Organización Panamericana de la Salud ha asignado una prioridad a la salud de las poblaciones de migrantes y desplazados.

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