La violencia hacia las mujeres migrantes y refugiadas

Si la migración coloca a las mujeres en una situación de vulnerabilidad por las dificultades sociales que este proceso conlleva, esto se agrava exponencialmente al estar viviendo una situación de violencia.

Actualmente, gracias a las redes sociales se ha logrado visibilizar la cotidianidad de la violencia a las mujeres; sin embargo, se habla principalmente de aquellas en donde resultan más evidentes los daños causados, dejando de lado todas las violencias que se tornan invisibles y en donde se comienza a poner en juego el bienestar emocional así como la pronta detección y prevención, lo que deja a la mujer en una situación de vulnerabilidad.

Para lograr atacar esta cuestión de salud pública es necesario comprender, además, que este tipo de violencia es un problema estructural fuertemente influenciado por los estereotipos sociales de género.

¿Cómo afecta a las mujeres migrantes y/o refugiadas?

Entendiendo que la migración nos coloca ya en una situación de vulnerabilidad por las dificultades sociales que este proceso conlleva -tales como la xenofobia, el desempleo, las pocas o nulas redes de apoyo, la poca información política y social del país destino- esto se agrava exponencialmente al estar viviendo una situación de violencia pues, según nuestra experiencia, coloca a las mujeres en aislamiento que es uno de los puntos clave que coloca en una posición de vulnerabilidad hacia la violencia y para lograr escapar de esta.

Podemos observar en los casos que hemos atendido que esto repercute de manera importante en sus vidas, pues las instala en una codependencia no solo emocional, sino también económica, de seguridad social, etcétera, afectando el acceso a sus derechos fundamentales tales como alimentación, trabajo, salud, vivienda, tanto de ella, como de sus hijos e hijas, si es el caso. Además de que para algunas de estas mujeres depende de esto también su regular estancia en México, pues sus trámites migratorios van de la mano con el estatus de su relación afectiva con quien es su agresor en caso de la reunificación familiar.

Desde Sin Fronteras, con la visión de justicia social, hemos apoyado este tipo de casos de forma interdisciplinaria, siempre en búsqueda del desarrollo de la autonomía, dando acompañamiento legal en el seguimiento a su regularización migratoria, desde el área de defensoría con nuestra red de abogadas y abogados, en el área de trabajo social y centro de día, apoyándole al acceso de sus derechos fundamentales, así como apoyo y acompañamiento psicológico durante este proceso.

Como en el caso de Karen, a quien llamaremos así para proteger su identidad, quién con dos hijos pequeños y habiendo vivido violencia física, ha logrado fortalecer y crear nuevas redes de apoyo personales, así como la atención de condiciones físicas propias y el seguimiento a su caso con instituciones públicas, lo cual le ha permitido entrar en proceso de regularización migratoria después de perder la regularidad por reunificación familiar, protegiéndose a ella y a sus hijos. Karen próximamente estará en la búsqueda de un empleo que le permita llevar a cabo sus planes en México.

O el caso de María, a quien también le cambiaremos el nombre para proteger su identidad, quien gracias a sus esfuerzos y el apoyo de su familia en su lugar de origen ha logrado romper el vínculo con su agresor, así como el logro de su independencia económica la cual le permite estar en búsqueda de un lugar propio para vivir junto con su madre, con quien, juntas, llevan la regularización de su proceso migratorio.

Estos casos ejemplifican el esfuerzo constante que hace, no solo Sin Fronteras, sino también otras organizaciones hermanas de la sociedad civil para respaldar a mujeres que viven violencia, además de ayudarnos a reflexionar que si bien los derechos humanos fundamentales y el derecho a una vida libre de violencia deberían de estar al alcance de todas y todos por el hecho de ser humanos, para algunas personas ejercer estos derechos es un camino en donde se deben desarrollar herramientas que les permitan tener acceso a ellos para lograr vivir una vida integra y digna.

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