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La reforma migratoria reaviva el debate sobre el muro fronterizo con México

Publicado el 22 de agosto de 2013
en Consultas Migratorias, Noticias

Sin embargo, el mandato haría necesario seguir una estrategia que la propia Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos no está segura de que funcionaría. Y la perspectiva de que el gobierno confisque más tierras indigna a muchos propietarios en el extremo sur de Texas, donde cientos de personas ya perdieron propiedades durante la última tanda de construcciones del muro en la frontera, la cual se extiende más de 3.200 kilómetros (2.000 millas) de longitud.

“Sigo totalmente en contra (del muro)”, dijo Aleida García, uno de los residentes de Los Ébanos, en Texas, cuyas tierras fueron confiscadas en 2008 cuando este poblado al que el fronterizo río Bravo rodea por tres lados fue seleccionado como candidato a que se construyera en él un segmento del muro fronterizo.

Si le dieran a escoger, García prefería tener a más agentes patrullando la zona. Al menos eso crearía algunos puestos de trabajo, agregó.

Congresistas en desacuerdo

Los legisladores de la región parecen estar de acuerdo. Tres congresistas demócratas de Texas que apoyan la reforma de inmigración han anunciado que no apoyarán ningún proyecto de ley condicionado a la construcción de más cerca fronteriza.

“No cumple el propósito que lo que los proponentes creen”, dijo el representante Filemón Vela, de Brownsville, quien dimitió de la asamblea partidaria hispana en el Congreso en señal de protesta. “La construcción de más muro no tiene sentido para mí.”

Los partidarios de la valla dicen que es una solución de sentido común para evitar que las personas crucen la porosa frontera.

La franja de tierra que divide la hacienda La Paloma de García fue finalmente devuelta a sus propietarios después de que la agencia binacional que supervisa los tratados fronterizos determinó que no era posible construir el muro en una llanura que suele inundarse. Sin embargo, estas objeciones fueron descartadas el año pasado, y el gobierno de Estados Unidos ya retomó la planificación del muro.

Disputa legal

El gobierno todavía se encuentra enfrascado en una disputa legal con los propietarios de Texas sobre la cerca construida en la zona la última vez. Y, sin embargo, a pesar de la barrera existente, este es el lugar de toda la frontera en el que se efectúan más arrestos por ingresos no autorizados al país.

Ahora el proyecto de ley de inmigración del Senado pide al menos 1.126 kilómetros (700 millas) de muro fronterizo, la mitad de lo que ya existe.

Mientras el Congreso debate el tema, la Agencia de Protección de Aduanas y Fronteras ha frustrado a los proponentes del muro y críticos porque no ha presentado una medición de la eficacia del muro. La agencia dijo a la división de investigación del Congreso el año pasado que necesitaba tres a cinco años para hacer una “evaluación creíble”.

Los agricultores y otras personas que viven cerca del muro reportan haber visto a inmigrantes escalar las columnas de acero de 5,4 metros (18 pies) de altura en cuestión de segundos. Y puesto que el muro es intermitente en segmentos a lo largo de kilómetros de campo abierto, siempre hay la opción de simplemente rodearlo.

Seguridad nacional

La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, ha dicho que apoya la reforma migratoria aprobada por el Senado. Pero cuando se le preguntó acerca del muro, la agencia dijo que la barrera se instalaría dependiendo de las necesidades operativas, y que era prematuro hablar sobre los detalles.

David Aguilar, jefe de la Patrulla Fronteriza hasta que se retiró en febrero, dijo que el muro no es apropiado en todas partes ni suficiente por sí mismo.

“Temo que se nos olvide lo que ocurrió la vez pasada. Todo el mundo pensaba que el muro era la única solución”, dijo Aguilar.

El muro, que cuesta en promedio unos $3.9 millones por cada 1,6 kilómetros (una milla), fue parte de la solución que ayudó a la Patrulla Fronteriza a controlar un tramo de la frontera cerca de San Diego.

Por ese punto solía cruzar una gran cantidad de personas, conscientes de la incapacidad de los agentes de capturar a todos. Ahora el flujo de inmigrantes sin papeles se ha reducido al mínimo.

Como lo dijo el actual jefe de la Patrulla Fronteriza, Michael Fisher, a una comisión del Congreso en junio, hay un tramo en el sur de California que incluye dos capas de vallas, la segunda con alambre de púas y un camino siempre transitable para las patrullas. Existe vigilancia las 24 horas desde las torres, y sensores de tierra alertan a los agentes si alguien intenta cruzar.

Cada estado es diferente

Aunque en California, Arizona y Nuevo México el gobierno ya era dueño de la mayor parte de la tierra requerida para la construcción del muro fronterizo, la situación no es igual en Texas. El muro existente ya dejó cientos de hectáreas de tierras de cultivo atrapadas entre la barrera que corre en líneas relativamente rectas y el río Bravo, que zigzaguea a lo largo del terreno. Y en los tribunales se siguen librando disputas legales por los casos presentados en 2008.

Mientras que en el resto de la frontera suroeste se han registrado menos arrestos de inmigrantes, las autoridades en el Valle del Río Grande están ocupadas.

No se sabe qué porcentaje del aumento en las detenciones se debe a lo que Aguilar llamó una “desviación” por el reforzamiento de puntos fronterizos al oeste. Más de la mitad de los arrestos efectuados por la Patrulla Fronteriza en este sector son de centroamericanos, que tradicionalmente han tomado esta ruta más directa a Estados Unidos.

Lo que es seguro es que los arrestos aquí aumentaron más de 50% en los primeros 10 meses del año fiscal que en el mismo período del año pasado. El sector de la Patrulla Fronteriza va rumbo a superar a Tucson, líder desde hace mucho tiempo.

Sin embargo, en perspectiva, las 365.000 detenciones efectuadas en la frontera el año pasado fueron muy inferiores a los 1,2 millones de detenciones realizadas en 2005. La mayoría de los observadores atribuyen la caída en picado a la recesión en Estados Unidos.

Los Ébanos, una comunidad de unos 300 habitantes, es conocida por tener el único transbordador de propulsión manual en la frontera. Cada día, el transbordador ayuda a tres vehículos y unas cuantas personas a la vez a cruzar el río.

Riesgo de inundaciones

García recuerda que en 2010 el río Bravo se desbordó e inundó la mayor parte de su propiedad, hasta muy cerca de su casa. Teme que la construcción del muro dejará escombros que aumentarían el riesgo de inundaciones. El lado estadounidense de la Comisión Internacional de Límites y Aguas compartía esa preocupación, pero descartó esas objeciones el año pasado después de que una nueva ronda de modelación hidráulica sugirió que la obstrucción no sería significativa.

Justo al final de la calle, Julie García, que no tiene relación de parentesco con Aleida García, piensa que el muro pasaría por la parte posterior de la propiedad de su padre, a unos 160 kilómetros (100 millas) de la orilla del río. En una tarde reciente siguió la ruta que los inmigrantes toman a través de la propiedad de su padre y apuntó a un gran tanque oxidado de propano al que se montan para saltar el muro.

“Creo que (el muro) será algo fabuloso”, dijo García, que trabaja en los campos petroleros. Ella sabe que muchos de sus vecinos no quieren el muro. Pero, agregó: “Es igual que en tu casa: construyes una cerca para evitar que la gente entre”. Fuente. Univision.

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