En cambio, los migrantes que viajan en familia son liberados directamente por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, la agencia matriz de la Patrulla Fronteriza, después de darles documentos en los que les instruyen que deben presentarse en una fecha posterior ante la corte migratoria. Funcionarios locales fueron informados que las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en el área excedían su capacidad en alrededor de 2100 migrantes.
La Patrulla Fronteriza dijo en un comunicado que el reciente incremento en las aprehensiones condujo a una “disponibilidad limitada de espacio” en las instalaciones de la agencia en el sector del valle del río Grande (RGV). Según la agencia, debido a la preocupación por la seguridad de los agentes y los migrantes se ha comenzado a liberar a grupos de familias, después de darles una notificación para presentarse ante la corte migratoria.
“El sector RGV continuará coordinándose con las autoridades estatales y locales correspondientes y organizaciones no gubernamentales mientras estas medidas temporales están en vigor”, dijo la agencia.
Las liberaciones recientes de migrantes recuerdan a las liberaciones masivas no anunciadas sucedidas el año pasado en El Paso y San Diego. Sin embargo, en esta ocasión, las agencias federales de migración parecen estar más coordinadas con los funcionarios locales.
La liberación masiva en McAllen ha tenido un efecto dominó en la frontera de Texas. Funcionarios en Brownsville, ciudad ubicada a casi 100 kilómetros al este de McAllen, fueron informados por funcionarios de la Patrulla Fronteriza sobre posibles liberaciones en los próximos días. Parece que la Patrulla Fronteriza tuvo la intención de disminuir la presión en la red de refugios en McAllen al subir a migrantes a autobuses y llevarlos a Brownsville.
“En este momento en particular, tenemos reuniones diarias para poder monitorear los números”, dijo Martinez.
La prisa parece responder a que Kirstjen Nielsen, la secretaria de Seguridad Nacional, programó una visita a McAllen el 21 de marzo. Algunos defensores de los migrantes y funcionarios electos mostraban escepticismo por la fecha de las liberaciones, al indicar que eran parte de un intento del gobierno para justificar la descripción del presidente de una frontera en crisis y su declaratoria de emergencia nacional. Los funcionarios de la Patrulla Fronteriza niegan tales afirmaciones.
Vicente Gonzalez, representante demócrata de Texas, cuyo distrito incluye a McAllen, criticó la liberación masiva de migrantes “sin procesamiento, sin planes apropiados para vivienda y sin ruta de acción razonable” y cuestionó los motivos de la administración.
“Al presidente Trump, a la secretaria Nielsen y al gobierno entero le han presentado la verdad: no hay una crisis en la frontera Estados Unidos-México”, dijo en un comunicado. “¿Su respuesta? Crear una”.
La organización sin fines de lucro Texas Civil Rights Project, que ha realizado entrevistas legales con migrantes liberados de la custodia de la Patrulla Fronteriza en el valle del río Grande, dijo que parece que el gobierno liberaba migrantes de manera deliberada por cientos en cada ocasión. Algunas personas liberadas recientemente reportaron que fueron detenidas hasta por ocho días, dijo el grupo. Normalmente, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza retiene a los migrantes recién detenidos durante alrededor de 72 horas.
También levanta sospechas una reciente caída en el número de migrantes sujetos a proceso por cruzar la frontera sin papeles en la corte federal en McAllen. Los juicios durante enero y febrero variaron desde 400 hasta 700 a la semana. Pero la semana pasada el número de migrantes bajó a solo 176 procesados, y 88 habían recibido cargos durante los primeros tres días de la semana, aunque las aprehensiones totales permanecieron altas.
“Las familias nunca deberían ser detenidas, pero esta práctica debe ser vista con escepticismo”, dijo en un comunicado Astrid Dominguez del Centro para Derechos Fronterizos de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).