La migración y la nula atención con perspectiva de derechos humanos en México

Paradójicamente, la presencia de México en Ginebra constó de cuarenta funcionarios presentes en el examen. Esto indica que el grupo de personas de alto nivel que trabajan el tema es amplio. Sin embargo, deja ver que la cantidad de autoridades que participan en los encuentros internacionales, los escritos, las palabras y la imagen internacional que se están queriendo transmitir son burbujas efímeras y no acciones transformadoras que vayan más allá de la forma y que pongan en práctica las leyes que ya se aprobaron.

En el campo que acompaña nuestra organización, el de la migración y de los defensores y defensoras de derechos humanos de las personas migrantes y refugiadas, la comitiva representada por el Canciller José Antonio Meade anuncia que en el tema de migrantes, víctimas, defensores y defensoras y desaparecidos contamos con una Ley de Migración, con su Ley Complementaria, con una Ley de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas, un Mecanismo de Protección para éstos y una Ley General de Víctimas. Reconocemos el avance legislativo y jurídico y la participación de la sociedad civil en estos avances. Desafortunadamente, esto no significa que las leyes en sí mismas cambien la realidad de violación y violencia hacia la población migrante y sus defensores. La aplicación es un paso que no hemos sido capaces de dar con cabalidad: todavía hay funcionarios e instituciones gubernamentales que ni siquiera conocen los cambios legislativos y tampoco muestran interés por aplicar las leyes.

Las agresiones deshumanas y aniquiladoras registradas este año hacia la población migrante y sus defensores no menguan. Así lo constatan los acontecimientos que se han continuado desde el primer examen y en lo que va del periodo del Gobierno actual. La migración en nuestro país permanece en una crisis humanitaria constante reflejada en las masacres, las desapariciones forzadas, los asesinatos, los descarrilamientos de trenes, el trabajo forzado, las amenazas, los hostigamientos y los atentados hacia los defensores y defensoras. Cuando se tiene un acontecimiento grave que atenta contra la vida, las acciones de gobierno se presentan a nivel internacional de manera tal que pareciera que se simula una realidad deseable. Sin embargo, al momento de crear políticas públicas, la migración no es eje rector para cambios de fondo y forma.

La Casa del Migrante de la ciudad de Saltillo, Coahuila, ha elaborado un informe que habla de la tortura que viven  las personas migrantes, ejercida por policías encargados de la seguridad, ya que esta ciudad y el Estado mexicano asumieron medidas cautelares para proteger a las personas migrantes que se encuentren en ese territorio. Las medidas cautelares, firmas y convenios realmente no cumplen con su función, son documentos que se visibilizan en actos públicos, pero que no están transformando la actuación de los encargados de la seguridad y no se toman en cuenta para proteger los derechos humanos de las personas migrantes.

Lo mismo sucede con el Instituto Nacional de Migración. Es ésta una institución que conserva muchos vicios relacionados con abusos a las personas migrantes. Desde el principio de este mandato, el Comisionado se comprometió a tratar a las personas migrantes con apego a la ley y respeto a los derechos humanos. Contrariamente, en esta semana tuvimos noticia de que acaba de ser denunciado un grupo de funcionarios del Instituto por extorsionar a migrantes en la región dw El Ceibo, Tabasco.

Cuando realizan los famosos “rescates de migrantes”, el mismo Instituto, el Ejército o la Marina no respetan la condición de víctimas de las personas migrantes. En la mayoría de los casos son enviadas a las estaciones migratorias y deportadas a sus países de origen, ignorando lo dispuesto en la Ley de Migración y en la Ley General de Víctimas. Luego, estas personas son presentadas como “rescates”, incrementando las cifras de personas migrantes liberadas y dejando de lado su condición vulnerada.

Es urgente que la migración sea un eje trasversal y fundamental de la política pública. Somos un país de origen, tránsito, destino y retorno, y el fenómeno aparece trasversalmente en todas las áreas de nuestra vida social, por lo que debe aparecer en todas las políticas públicas de derechos humanos que vive nuestro país. En esto deben involucrarse los tres poderes del Estado. Somos una nación permeada por la movilidad de personas; hay que hacer esa lectura en nuestros diagnósticos de la realidad para atender la migración integralmente y con perspectivatransfronteriza, desde la seguridad humana y no solamente desde la seguridad nacional.

Leer la atención parcial y en muchas ocasiones mal enfocada por parte del gobierno ha ayudado a que un sin número de organizaciones de la sociedad civil de la región nos conglomeremos para proponer una visión, atención y ocupación de la migración desde otros marcos y márgenes que traspasen una perspectiva sólo de seguridad nacional.

Con una atención de la migración desde una perspectiva de derechos humanos, las organizaciones de la sociedad civil estaremos insistiendo a los tomadores de decisiones que elaboren políticas públicas, que modifiquen leyes y que garanticen realmente los derechos humanos. Insistiremos en que se haga efectivo el derecho a no migrar, que se busquen condiciones adecuadas para una vida digna y se evite la migración forzada, y que se transite con seguridad humana, aun cuando el tránsito se lleve a cabo de manera irregular.

No queremos que se siga atendiendo el tema desde círculos viciosos que no llevan al desarrollo y a la proyección. Urge ver a la migración desde la búsqueda de una vida digna que, al no darse en sus lugares de origen, lleva a la necesidad de migrar. Para la transmigración requerimos seguridad humana y para atender a las personas deportadas es necesario planear y asegurar derechos sociales de quienes regresan a nuestro país.

Estos son algunos pendientes que deben considerarse en las políticas de este gobierno para alcanzar una perspectiva de derechos humanos en el tema migratorio. Dichos pendientes implican muchas tareas y muy variadas. Sería deseable que se incrementen las inversiones en el campo y que se echen a andar pequeños y medianos comercios. Es necesario construir alternativas atractivas para promover la economía y el desarrollo de nuestras comunidades y pueblos. Es fundamental promover los talentos y las capacidades humanas que se tienen para dar vida y avanzar en el progreso real de nuestras comunidades, garantizar el acceso a la salud de toda persona migrante, regular o irregular, la seguridad humana de quienes transitan por nuestro país y el acceso a la justicia desde la condición de itinerante. Estos son sólo algunos ejemplos de los temas en los que necesitamos ver empeñada la política pública para que se diga ocupada en atender la migración con perspectiva de derechos humanos.