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Guatemala no está en capacidad de atender un aumento de solicitudes de asilo: Especialista

Publicado el 6 de agosto de 2019
por David C. Adams en Univision Noticias. Fotografía de John Moore/Getty Images

La autoridad de inmigración de Guatemala carece de la capacidad para manejar un aumento potencial en las solicitudes de asilo en virtud de un acuerdo propuesto de ‘tercer país seguro’ con Estados Unidos, según funcionarios y expertos en inmigración.

La sección de asilo tiene solo cuatro oficiales y no ha resuelto un caso este año, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Guatemala. La oficina recibió solo 262 solicitudes de asilo en 2018 y 204 hasta ahora en 2019, con 423 casos en espera de una decisión.

“Es un sistema de asilo realmente embrionario”, dijo Susan Fratzke, exfuncionaria de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de Estados Unidos, que ahora es analista del Instituto de Políticas de Migración (MPI).

Estados Unidos y Guatemala firmaron un acuerdo de “tercer país seguro” la semana pasada que requeriría que los solicitantes de asilo que viajan por el país centroamericano busquen primero protección allí, un pacto que podría limitar drásticamente la elegibilidad de asilo de EEUU a miles de posibles inmigrantes de países como Honduras y El Salvador.

“Estamos en una situación muy apresurada y tenemos muy pocas personas para manejar los casos. Estamos preparando las baterías por lo que viene”, dijo un miembro del personal de la Oficina Nacional de Derechos Humanos que pidió permanecer en el anonimato.

Si bien Guatemala es signataria de las convenciones internacionales sobre refugiados y creó su propio sistema de asilo en 2001, recibe tan pocas solicitudes que la comisión que adjudica los casos rara vez se reúne, según expertos internacionales que señalan otras prioridades nacionales como combatir la pobreza y el desempleo, inseguridad, crimen organizado, violencia de pandillas y corrupción.

El gobierno de Trump lo reconoció esta semana durante una visita a Guatemala por parte del secretario interino de Seguridad Nacional Kevin McAleenan. En una declaración publicada el miércoles en el sitio web de la embajada de Estados Unidos, el embajador Luis Arreaga señaló la necesidad de una “mayor capacidad”, y agregó que “Estados Unidos continúa apoyando los esfuerzos del gobierno de Guatemala para reformar su sistema de asilo y podría, si nuestro presidente lo aprueba, proveer mayor apoyo al sistema guatemalteco para la protección de refugiados”.

La administración Trump está buscando formas de aliviar la ola de migrantes que inundan el sistema de inmigración de EEUU en su frontera sur, aunque quedan muchas preguntas sobre cómo se ejecutará el acuerdo. El presidente Donald Trump ha elogiado el acuerdo con Guatemala, diciendo que “sacará a los coyotes y contrabandistas del negocio”. Los dos países habían estado negociando durante meses y Trump amenazó con imponer aranceles u otras medidas punitivas a Guatemala si no firmaba el acuerdo.

Según un pacto de tercer país seguro, los migrantes que huyen de sus países tendrán que solicitar asilo en el primer país seguro al que lleguen. En el caso de Guatemala, eso se aplicaria a los miles de inmigrantes de Honduras y El Salvador que están huyendo de la violencia de pandillas. Los críticos han señalado que Guatemala sufre una violencia de pandillas similar a la de esos países. También, advierten que las pandillas en Centroamérica tienen vínculos transnacionales y que alguien que huye de Honduras o El Salvador podría verse fácilmente en riesgo por los afiliados a las pandillas en Guatemala.

El acuerdo no se aplica a los guatemaltecos que actualmente representan una gran parte de los migrantes que buscan ingresar a Estados Unidos. Solo desde octubre del año pasado, la Patrulla Fronteriza ha detenido o considerado inadmisible la entrada de más de 250,000 guatemaltecos que intentan ingresar al país, según la embajada de Estados Unidos en Guatemala.

El ACNUR ha expresado su preocupación por el acuerdo de “tercer país seguro” y se ha ofrecido a proporcionar asistencia. “Entendemos que el sistema de asilo de Estados Unidos está bajo una presión considerable. Y estamos listos para jugar un papel constructivo si es necesario para ayudar a aliviar esta tensión”, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, el mes pasado, antes del anuncio del acuerdo de tercer país seguro. Negar la oportunidad de aplicar a los solicitantes de asilo que no llegan directamente de su país de origen “pondrá a las familias vulnerables en riesgo … [y] … socavará los esfuerzos de los países de la región para idear las respuestas coherentes y colectivas que se necesitan”, agregó.

La portavoz del ACNUR, Sibylla Brodzinsky, dijo a Univision Noticias esta semana que la agencia de la ONU no era parte del acuerdo y estaba esperando ver detalles sobre cómo se implementaría. “Hay un número tan limitado de solicitantes de asilo en Guatemala que se pueden procesar en este momento. Un sistema tan nuevo y pequeño puede fácilmente ser abrumado”, dijo.

El concepto de tercer país seguro requiere que la nación anfitriona pueda brindar protección a los solicitantes de asilo por temor a la persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, opinión política o pertenencia a un grupo social en particular. “Es una locura sugerir que Guatemala es capaz de garantizar la seguridad y el bienestar de los refugiados y solicitantes de asilo. Su sistema de asilo es rudimentario en el mejor de los casos”, dijo Adriana Beltrán, jefa del Programa de Seguridad Ciudadana de la Oficina de América Latina de Washington (WOLA), que se centra en la prevención de la violencia y la reforma policial y judicial en América Central.

Se han implementado terceros países seguros en otras partes del mundo, incluidos los esfuerzos de la Unión Europea para hacer frente a la crisis de refugiados sirios. Pero normalmente ocurren entre países “con sistemas de asilo fuertes y robustos o con estándares comunes”, dijo Fratzke. Agregó que eso era “cuestionable en el caso de Guatemala y Estados Unidos”.

Como muchos, Fratzke sospechaba que el acuerdo estaba más motivado por el deseo de la administración Trump de enviar un mensaje para disuadir a los posibles inmigrantes, que la creación de un sistema de asilo sostenible en Guatemala. Pero ella preguntó si funcionaría en la práctica.

“Incluso, si se logra implementar un acuerdo, siempre hay personas ingeniosas que intentarán encontrar formas de evitarlo”, dijo, como los coyotes que operan rutas de contrabando a través del desierto o por mar, para evitar ser detectados en la frontera.

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