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Federales extorsionan a más migrantes que el crimen organizado

Publicado el 30 de enero de 2014
por Manu Ureste en Animal Político

 Tras 22 días de viaje desde la frontera con Guatemala, intercalando el ferrocarril con autobuses y jornadas a pie en Veracruz para evitar al crimen organizado, el camión en el que viaja el nicaragüense Ernesto junto con otros migrantes se detiene en un retén de la Policía Federal, en el DF.

“Éramos 49 en la parte trasera de un tráiler que venía de dejar ductos de petróleo en Coatzacoalcos. Veníamos acostados arriba de las mochilas y con muy poquito espacio. Casi no se podía respirar por el calor”, narra el centroamericano de 36 años de edad, que prefiere mantener sus apellidos en el anonimato.

“Cuando abrieron la puerta estábamos listos para salir corriendo -continúa el migrante-, pero vimos que todo estaba cercado por policías federales que llevaban escudos y garrotes. Entonces, nos pusieron en fila, y dijeron que nos iban a registrar en busca de drogas y armas”. 

Sin embargo, lo que les ‘incautaron’ fueron todas sus pertenencias.

“Nos dijeron que, para hacerlo rápido, si queríamos seguir con el camino teníamos que pagar con todo lo que traíamos. O de lo contrario, nos llevaban a la estación migratoria para deportarnos”.

Después de varios minutos, y luego de entregar un pequeño radio y la bolsa con una muda de ropa, zapatos, unas sandalias y una frazada para el frío, Ernesto camina para adentrarse en la ciudad en busca de un albergue.

A pesar del estrés del retén, el migrante lanza aliviado un suspiro: en la planta del pie trae escondidos los últimos 200 dólares que le quedan para completar el camino hasta Sonora, donde unos familiares lo esperan.

Pero a los pocos pasos, las patrullas lo vuelven a alcanzar.

“Los federales nos detuvieron de nuevo para otra revisión. Y ahí sí, me quitaron el calzado, vieron el dinero, y me dijeron: “Pues tú decides. ¿Quieres seguir caminando, o te vas al camión con tus compañeros de vuelta para tu país? Y claro, después de todo lo que uno ha pasado por el camino, pues mejor les di los 229 dólares que me quedaban. Y es por eso que vengo con lo puesto”, lamenta con los brazos extendidos y las palmas de las manos abiertas.

Con más denuncias que el narco y la ‘Mara’

El caso de Ernesto es uno más en las estadísticas de violaciones a derechos humanos contra los migrantes por parte de las autoridades.

Una situación que la Casa del Migrante de Saltillo denuncia en un reporte, en el que pone sobre la mesa un dato preocupante: en la última mitad del pasado año 2013, la Policía Federal acumuló el mayor número de denuncias por extorsión a migrantes, incluso por delante del cártel de Los Zetas y de las pandillas de la Mara Salvatrucha.

En este sentido, la ONG documentó entre julio y diciembre del año pasado 113 casos de violación de derechos humanos contra los migrantes, entre extorsiones, cobros de cuota, secuestros, y robos. De estos casos, el 47% de los migrantes que dijo haber sido extorsionado denunció que la Policía Federalles exigió todo su dinero y pertenencias para dejarlos continuar con su camino.

Esto, frente al 16% y el 8%, respectivamente, que fue extorsionado por Los Zetas y la Mara Salvatrucha. En 2013 el municipio más peligroso para los migrantes fue Coatzacoalcos: ONG

En cuanto al cobro de ‘cuotas’, la extorsión de 100 dólares que el cártel de Los Zetas y las pandillas de la Mara exigen a los migrantes para no tirarlos del tren al que llaman ‘La Bestia’, el informe de la Casa del Migrante de Saltillo apunta que el 42% de los casos se produjo en la ciudad de Coatzacoalcos, el 23% en Tierra Blanca, y el 19% en Orizaba, tres municipios veracruzanos.

“Todo el estado de Veracruz es un foco rojo en estos momentos. A los migrantes les da miedo atravesarlo porque hay mucha presencia de delincuencia organizada”, expone Alberto Xicontecatl, director de la Casa del Migrante de Saltillo, quien revela que en 2013 el municipio más violento para los migrantes fue Coatzacoalcos.

“Sin embargo, ya ningún lugar es seguro. Hasta hace muy poco Coatzacoalcos era extremadamente peligroso. Pero entonces se da lo que se llama el ‘efecto cucaracha’, que es cuando un lugar se pone muy peligroso, las organizaciones civiles ponen el dedo sobre éste para que las autoridades actúen, y en ese momento el crimen organizado se mueve rápido a otras zonas”, precisa el defensor de los derechos humanos.

Por este motivo, las acciones de los grupos delictivos se centran ahora en otros municipios de paso obligado para el ferrocarril, como Tierra Blanca, Córdoba y Orizaba.

Fuente: Casa del Migrante de Saltillo

Fuente: Casa del Migrante de Saltillo

“El riesgo sube y baja según los criminales se mueven de lugar. Ahora los migrantes tienen otra vez mucho miedo de Tierra Blanca, un municipio que había estado relativamente tranquilo, y que entre 2009 y 2010 ya también fue una zona extremadamente peligrosa”.

“Y también están los municipios de Córdoba y Orizaba, especialmente en la zona que llaman de Los Túneles –agrega Xicontecatl-. Los migrantes nos cuentan que en ese lugar hay un olor muy feo, y ellos asumen que se trata de muchas personas muertas. De migrantes que fueron tirados del tren por los delincuentes y que dejaron ahí abandonados sus cuerpos. Por eso les da mucho miedo pasar por esa zona”.

“Dejen todo lo que traen, todo”.?


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País

México

Temática general
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