Encuentran migrantes desventajas al regresar a México

Ellos tienen una tasa de ocupación mucho más baja que los que se quedaron y cuando logran emplearse, suelen hacerlo sin prestación o derecho alguno. Su situación laboral se equipara a la que viven los extranjeros en México, para quienes tampoco es fácil encontrar un buen trabajo.
De acuerdo con el diagnóstico del que parte el Programa Nacional de Población 2014-2018, la tasa de desempleo entre los mexicanos que recientemente regresaron al país, así como de los extranjeros en general, es casi cuatro veces más grande que la del resto de la población. Mientras que el documento ubica la tasa de desocupación de estos en 4.9 por ciento para 2013, para los procedentes de otro país fue de 19.7 por ciento. Es decir, uno de cada cinco personas procedentes del extranjero no tienen empleo.
Con datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el documento refleja que esta situación se agudizó en el último año, ya que la desocupación para las personas procedentes de otro país en 2012 fue de 17.6 por ciento.
Incluso para aquellos que lograron colocarse en un empleo padecen una desventaja con relación al resto de la población. Al cuestionarles si reciben servicios de salud como una prestación otorgada por su empleador, solo 25 de cada 100 respondió que sí, es decir, 75 por ciento carece de esta prestación, contra el 64 por ciento del resto de la población. En este caso las cifras han sufrido un descenso desde 2008, cuando la tasa de personas sin este servicio era de 85.5 por ciento.
El Programa Nacional de Población 2014-2018, dentro del objetivo “Atender los desafíos sociodemográficos derivados de la migración internacional en sus distintas modalidades” se propone reducir la brecha entre los dos grupos de 10.8 a menos del 10 por ciento.
En lo que se refiere a otras prestaciones proporcionadas por el empleador diferentes al acceso a servicios de salud, “los datos de la ENOE señalan que las prestaciones laborales de las personas que llegan a México procedentes de otro país son menos favorables que las del resto de la población”, indica.
Actualmente, el 71.2 por ciento de los trabajadores con estas características carecen de prestaciones, mientras que en el resto de la población es el 38.2 por ciento.
En este caso, el objetivo fijado por el Programa es reducir la brecha entre los dos grupos, que actualmente es de 33 puntos a menos de 31 por ciento.
“Como nación receptora de inmigrantes se requiere de claridad en los procedimientos administrativos de control y definición de estrategias dirigidas a lograr una mejor integración de los inmigrantes a la sociedad mexicana. Asimismo, el reciente aumento de los migrantes de retorno plantea la necesidad de diseñar acciones para facilitar su reintegración económica y social… Los migrantes de retorno requieren de acciones de capacitación y aprovechamiento de habilidades para el trabajo, promoción de medidas que atiendan la separación familiar y acceso a salud y educación”, indica el Programa Nacional de Población 2014-2018, publicado la semana pasada en el Diario Oficial de la Federación.
Fenómeno a la alza
Las desventajas laborales de este grupo de población cobran mayor importancia ante la ola de deportaciones de inmigrantes indocumentados impulsada por la administración de Barack Obama. Tan solo en 2013, el Instituto Nacional de Migración reportó haber recibido a 332 mil 614 mexicanos deportados en diversos estados de la frontera, la mayor parte de ellos con una edad inferior a los 35 años.
El Reporte sobre Dimensión, Caracterización y Áreas de Atención sobre Mexicanos Deportados desde Estados Unidos, publicado por el Colegio de la Frontera Norte en enero pasado, indica que los estados de origen de la mayor parte de los migrantes deportados son Michoacán, Guerrero, Guanajuato y Oaxaca, entidades con añeja tradición migratoria. Son estas regiones en donde se presentarán las mayores presiones por la demanda de empleo, servicios de salud y educación por parte de los mexicanos que tuvieron que regresar al país.

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