La estadía ha sido larga para centroamericanos y migrantes de diversos países, encapsulados bajo el esquema Remain in México (Permanecer en México) que impuso el gobierno de Trump.
Este polémico protocolo ha dejado a cerca de 70,000 migrantes en varios puntos de la frontera norte de México a la espera de que una corte estadounidense resuelva su solicitud de asilo.
“No hay garantía de nada, nadie ha prometido nada, pero todo como se hizo puede hacerse al contrario. Esperamos que se libren leyes (que agilicen el asilo)”, dijo el migrante panameño.
Al inicio de este protocolo, alrededor de 3,000 personas aguardaban en Matamoros, al norte del estado de Tamaulipas. Pero con el paso del tiempo y las trabas en los procesos —acentuadas por la pandemia de COVID-19—, cientos desistieron y regresaron a sus países, mientras que otros se integraron a la vida mexicana.
Ahora, unos 700 adultos y niños están cerca del río que divide a México y EU, donde enfrentan difíciles condiciones.