Deportan por Ojinaga a niño de nueve años

Aun cuando los tratados internacionales imposibilitan a los Estados Unidos para deportar a los menores indocumentados, esta semana fue echado por esta frontera el niño mexicano y oriundo del estado de Guerrero, Jesús, de tan sólo 9 años.

María, madre del menor repatriado, narró la historia que tuvieron que pasar ella, Jesús y Ángeles, otra de sus hijas de 14 años, al ingresar de manera ilegal a los Estados Unidos con la intención de llegar a Nueva York, donde los esperaban su pareja de nombre Óscar, su hijo Junior de 3 años y su hija Madeline de 7.

La señora María apuntó que hace cerca de 7 años, ella y Óscar vivían en una ciudad del estado de Guerrero, sin embargo, debido a la inseguridad que se vivía éste, Óscar decidió irse a los Estados Unidos y consiguió trabajo en la cocina de un restaurante, posteriormente le envió dinero a María para que se fuera con él, dejando a sus dos hijos al cuidado de una hermana.

El pasado septiembre, María, ya con dos hijos más nacidos en Estados Unidos, decidió regresar a México para que sus hijos norteamericanos conocieran a sus hermanos mexicanos, y además tratar de llevárselos para que toda la familia estuviera junta.

A inicios de octubre, María envió a sus hijos americanos para que se reunieran con su padre, mientras que ella salió con sus 2 hijos mexicanos a Camargo, Tamaulipas, donde contrataron un coyote para que los cruzara y los llevara a Houston, Texas; hasta aquí, María pagaría 5,600 dólares por cada uno de ellos, es decir, en total pagaría 16,800 dólares, y ya en Houston tomarían un camión que los llevaría a Nueva York, donde ella labora limpiando casas y donde se reunirían con el resto de la familia.

Cruzar la frontera no fue problema, relata María; nos subimos en una lancha inflable, cruzamos y nos quedamos en una casa de seguridad, allí permanecimos por espacio de 15 días, porque el coyote esperaba a que llegaran tráileres que fueran a Houston, aquí, señala María, los traileros no sabían que nosotros iríamos en las cajas, porque en cuanto nos detectaban, salían y nos bajaban; unos se portaban bien, y otros sí de plano nos bajaban con malas palabras, fue por ello que tardamos dos semanas en salir de McAllen.

Como no podíamos subirnos todos en un solo tráiler, primero se fueron mi hijo Jesús y otro señor, pero desgraciadamente el tráiler cambió de ruta y no llegó a Houston, sino que se fue hasta Nuevo México; cuando llegaron, mi hijo traía un celular y se comunicaron con el coyote, quien les dijo que era mejor que buscaran un camión que fuera directo a Nueva York, porque ya estaban muy lejos de Houston.

Mientras caminaban por las calles de esa ciudad de Nuevo México para buscar la estación de autobús fueron detenidos por la Policía, que posteriormente los entregó a Migración, y fue gracias al teléfono que traían, que Óscar pudo comunicarse con ellos, pero le contestó Migración y le dijo que serían deportados.

Comenta María que Óscar creía que no deportarían a Jesús por ser menor de edad, pero casi de inmediato lo hicieron, lo deportaron por esta frontera de Ojinaga-Presidio, después fue entregado a las autoridades migratorias, que por ser menor lo llevaron a la Casa Hogar, pues lo deportaron solo, ya que al señor que lo acompañaba, por ser reincidente, estará un tiempo en prisión.

La Procuraduría de la Defensa del Menor se comunicó con Óscar y le dijeron que por ser menor únicamente podían entregarlo a su madre, fue por ello que ella tuvo que regresar junto con su hija de McAllen; regresé a México y viajé hasta esta ciudad y ahora estamos en el albergue del DIF Municipal, donde nos dan hospedaje y alimentación mientras la Procuraduría me entrega a mi hijo.

María actualmente se encuentra en una encrucijada, pues quiere tener a toda su familia reunida, sin embargo, los hijos que nacieron en los Estados Unidos no quieren vivir en México, y los que nacieron en México no pueden cruzar a ese país al igual que ella, así que contempla la posibilidad de irse de indocumentados de nueva cuenta, o bien, quedarse en México, pero en otro estado, ya que la inseguridad en Guerrero está muy grave y casi no hay oportunidades de empleo, finalizó.

Ir a la nota fuente