Condicionan en Texas el retiro de Guardia Nacional

Aun cuando se ha registrado una reducción de detenciones de migrantes indocumentados, la Guardia Nacional permanecerá en la frontera con México hasta que el gobierno federal aumente el número de efectivos de la Patrulla Fronteriza y asegure la línea divisoria, afirmó el vicegobernador de Texas, David Dewhurst.

“Hasta que el gobierno federal despierte, actúe, aumente el tamaño de agentes de la Patrulla Fronteriza y asegure la frontera, la Guardia Nacional permanecerá desplegada, por lo que el estado de Texas no tiene intenciones de replegarla”, aseguró.

De acuerdo con el Departamento de Seguridad Pública de Texas, hasta julio pasado sumaban por semana 6 mil 600 detenciones de indocumentados, especialmente menores sin compañía, mientras que en agosto la cifra se ubicó en 2 mil capturas semanalmente.

En ese sentido, el vicegobernador confirmó que la Guardia Nacional se mantendrá en la frontera porque la meta es lograr que ésta sea cerrada a la migración indocumentada, al narcotráfico, tráfico humano, a las actividades de pandillas y a cualquier potencial amenaza a la seguridad nacional.

“Mi meta es asegurar toda la frontera y demostrar al gobierno federal; si no, avergonzarlo, para que haga lo correcto”, expresó el vicegobernador, quien agregó que ese objetivo podría tomar años, mientras que a la fecha se han aplicado 800 millones de dólares en el despliegue de los elementos, los cuales serán cobrados al gobierno federal.

David Dewhurst agregó que esperan tener la valentía para mantener el despliegue de la Guardia Nacional en la línea divisoria “hasta que el gobierno federal venga y realice sus obligaciones constitucionales”.

Al respecto, el funcionario texano comentó que la migración indocumentada es una seria amenaza para los texanos y para los estadounidenses, por lo que “si no detenemos a los malos chicos hoy en la frontera, ellos van a estar en tu vecindario mañana”.

El vicegobernador agregó que “tapetes de orar han sido recientemente encontrados en el lado de la frontera con Texas”, sugiriendo que extremistas islámicos han ingresado por ese estado, lo cual ha sido negado por el gobierno federal estadounidense.

En días pasados, el gobernador texano, Rick Perry, ordenó a la Guardia Nacional ayudar a las autoridades de los condados ubicados en la frontera con México para localizar a migrantes indocumentados muertos, o aquellos que se piensa que han fallecido en su trayecto hacia Estados Unidos.

Los militares están operando en grupos de 20 a 25 elementos, dependiendo de la zona, y una vez que localizan un cuerpo lo notifican a la policía local para que envíen un grupo de investigadores de escenas de crimen para que procesen el cadáver, explicó un vocero de la Guardia Nacional.

Tan sólo en el condado de Brooks se han hallado 335 cadáveres, desde 2011 a la fecha, que se han procesado para identificarlos, conocer la causa de su muerte y luego entregarlos a los consulados de sus países de origen.

El despliegue de la Guardia Nacional ha confrontado incluso a los gobiernos de México y Texas, ya que el presidente Enrique Peña Nieto cuestionó la decisión de Perry, y criticó que no abona a la solución del fenómeno migratorio.

También el gobierno mexicano ha rechazado que la frontera sea un riesgo para el cruce de grupos extremistas a EU, como sostuvo el gobernador.

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