Desde 2019, el gobierno de Trump ha negado a decenas de miles de personas que llegaron solicitando asilo las audiencias que estipula la ley, y las ha devuelto a México o América Central donde deben aguardar la respuesta a sus trámites mientras permanecen en condiciones que los grupos de derechos humanos han calificado de peligrosas y deplorables.
Pero, más allá de las acciones más notorias, la Administración Trump ha modificado decenas de reglas y procedimientos para hacer más difícil los trámites de obtención de visas, restringir la educación de estudiantes extranjeros, y demorar la naturalización de inmigrantes legales que han solicitado la ciudadanía estadounidense.
“Después de prometer una de las agendas de inmigración más militantes, el presidente ha cumplido casi todo lo que prometió en la campaña, casi exclusivamente por decretos y ordenanzas ejecutivas, ignorando un Congreso con el cual había prometido que colaboraría para una reforma integral”, señaló el informe.
“La llegada de la pandemia de COVID-19 durante el cuarto año de Trump en la Casa Blanca añadió potencia a muchos de estos esfuerzos”, añadió. La pandemia “dio al gobierno, en nombre de la salud pública y la crisis económica, una oportunidad para completar algunos de los aspectos pendientes de su agenda, incluida la suspensión de visas a ciertas categorías de inmigrantes y visitantes”.
De cara al futuro, las investigadoras concluyeron que la reelección de Trump en los comicios del 3 de noviembre “probablemente será vista por muchos como una reafirmación de su agenda inmigratoria, que fue más crucial en su campaña de 2016 y durante su primer mandato que lo que ha sido para cualquier otro político estadounidense contemporáneo”.
Y si los demócratas ganan la elección “el nuevo gobierno probablemente buscará deshacer muchas de las acciones de Trump en cuanto a la inmigración, tal como lo ha prometido el virtual candidato presidencial Joe Biden“, pero “si bien es posible rescindir muchos de estos cambios otros no pueden desarticularse simplemente”.
“Una terminación inmediata de las políticas de asilo del gobierno de Trump en la frontera sur podría invitar otra oleada de personas que pidan asilo, algo que los recursos del país y la opinión pública no están bien preparados para manejar”, agregó.
“Y la mera rescisión de cada uno de los cientos de cambios catalogados en este informe requerirá una enorme inversión financiera, de recursos y de burocracia”, reconoció el reporte.