Estimación y caracterización de la población residente en “El Bordo” del canal del Río Tijuana.

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Durante los meses de agosto y septiembre de 2013 y con el objetivo de estimar y conocer las características sociodemográficas de la población que habita en la zona de “El Bordo” del canal del Río Tijuana, El Colegio de la Frontera Norte (El Colef) llevó a cabo un estudio coordinado por la Dra. Laura Velasco Ortiz, investigadora del Departamento de Estudios Culturales de esta institución.

Entre los principales resultados obtenidos, se estima que en “El Bordo” habitan entre 700 y 1000 personas, distribuidas en diferentes tipos de viviendas altamente precarias: 118 ñongos (casas improvisadas), 25 hoyos, 7 alcantarillas y 10 puentes; asimismo, hay quienes se asientan a la intemperie a lo largo de los dos kilómetros de laderas, túneles y pendientes de la canalización y de la Vía Rápida. Después del desalojo del Bordo el día 5 de agosto de 2013, instrumentado por autoridades municipales, parte de su población se ha asentado en la Plaza Constitución, donde hasta el día 20 de septiembre se tenían contabilizadas 300 tiendas de campaña, con una población estimada entre 300 y 400 personas y la cual ha seguido creciendo hasta la fecha.

Entre las características sociodemográficas más distintivas de la población residente en “El Bordo”, es de notar que en su gran mayoría son hombres (96%) de alrededor de 40 años, que son padres con hijo/as (67%) y que no cuentan con ningún documento de identidad (73%). En cuanto al nivel de escolaridad, los residentes de El Bordo muestran características similares a las que registran los habitantes de Tijuana (24.3% y 24.5% en nivel preparatoria, respectivamente); además, el 18% estudió en Estados Unidos. Entre otros datos, resalta que el 52% de la población habla inglés y el 6.7% habla alguna lengua indígena, además del español.

Con respecto a su condición migratoria, se encontró que el 91% fue deportado de Estados Unidos, la mayoría procedía del estado de California, después de haber vivido en aquél país entre seis y  veinticinco años.  Son originarios de Baja California, Jalisco, Sinaloa, Michoacán y Guerrero, principalmente.

Del total de deportados, más de la mitad señaló haber sido deportado en los últimos cuatro años. Por otro lado, es notable que casi la mitad de los pobladores de “El Bordo” (43%) llevan menos de un año viviendo ahí.

Además de las precarias condiciones de vivienda y de salud física y emocional (alto consume de alguna droga), la encuesta detectó que los residentes de El Bordo en su mayoría (96%) han sido detenidos por agentes de la Policía Municipal de Tijuana. En las dos últimas semanas previas a la encuesta el 70% había sido detenido en promedio 2 veces. Un porcentaje importante declaró haber sido agredidos físicamente (44%) y haber sufrido el robo de sus pertenencias (33%) y ofrecieron testimonios sobre la destrucción de documentos de identidad. Estos datos son preocupantes por sus implicaciones en el terreno de la seguridad de los deportados y la violación a sus derechos civiles y humanos en general, además de que incrementa la vulnerabilidad de la población que habita en El Bordo.

Ante las problemáticas detectadas, El Colef hace un llamado al Estado, a través de sus tres órdenes de gobierno, para que conozca la situación de esta población y, en los términos que le competen, garantice sus derechos humanos a través de las siguientes propuestas en materia de atención humanitaria, inserción a la ciudad y apoyo transfronterizo:

–       Implementar albergues que garanticen el derecho a la vivienda, así como a la alimentación.

–       Otorgar un documento de identidad oficial a las personas deportadas, pues la carencia de éste dificulta la posibilidad de la obtención de un empleo formal.

–       Crear un programa de inserción laboral, aprovechando la escolaridad y bilingüismo de esta población.

–     Ofrecer apoyo psicológico y tratamiento a las adicciones.

–       Garantizar apoyo para el transporte al interior del país, a quienes lo soliciten.

–       Contribuir a aminorar el daño de la separación familiar, a través de la instalación de tecnologías para la información (teléfono, internet) que promuevan la comunicación segura y confiable de los deportados con sus familiares.

–       Detener inmediatamente las prácticas de persecución y detención que los agentes de la Policía Municipal cometen en contra de los habitantes de “El Bordo”, por ser violatorias a los derechos humanos.

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